Alejandra Figueroa, referente del comedor “María Teresa Vive” en la zona sur de la Capital, expresó su preocupación por la decisión del Gobierno nacional de cerrar el registro de comedores y merenderos, “Es un ataque directo a las infancias y a los sectores más vulnerables”, advirtió. –eldiariodecatamarca.com

La reciente decisión del Gobierno nacional de cerrar el registro de comedores y merenderos generó un fuerte malestar en organizaciones sociales de todo el país, especialmente en quienes sostienen día a día estos espacios desde los barrios más humildes. En Catamarca, Alejandra Figueroa, referente del comedor “María Teresa Vive”, ubicado en la zona sur de la Capital, manifestó su profunda preocupación y denunció un intento de “ocultar la pobreza y empujar al cierre a quienes alimentamos a cientos de chicos”.

“Lo que están haciendo es negar la realidad. Cierran el registro para no mostrar cuántos comedores y merenderos existen realmente. Desde un principio este gobierno negó la pobreza, y esto es un ataque directo a los más vulnerables: las infancias”, expresó Figueroa, en diálogo con el programa La Mañana en la Isla, de FM La Isla 107.9.

El comedor María Teresa Vive funciona gracias al esfuerzo conjunto de las familias del barrio, quienes, según Alejandra, se han convertido en el único sostén real del espacio, “Nunca tuvimos una ayuda constante. Desde hace años pedimos colaboración a Desarrollo Social, tanto provincial como nacional, porque teníamos que dar de comer a los chicos al aire libre, sin techo. Pero nunca llegó nada”, relató.

La referente fue contundente al señalar que esta política del gobierno nacional busca forzar el cierre de estos espacios solidarios, “Si nos sacan del registro, legalmente no existimos. Eso es lo que buscan: que cerremos. No les interesa la gente”.

También apuntó contra la gestión de los alimentos retenidos por el Estado, “Tenían galpones llenos con miles de kilos de alimentos pudriéndose, mientras había gente llorando por hambre en la calle. Nunca entregaron esa mercadería. Y ahora, en lugar de ayudar, nos dejan solos”.

La situación del comedor es crítica, “Desde hace un tiempo venimos hablando con las familias. Les decimos que no sabemos si podremos seguir. Hemos pasado semanas sin poder darles nada. Nadie tiene idea de lo doloroso que es mirar a los chicos y tener que decirles que no hay ni un pedazo de pan. Son familias enteras sin qué comer. Es desesperante”, sostuvo con la voz quebrada.

Además, cuestionó el rumbo económico del país, “Se sacan préstamos, se pagan deudas externas, pero la plata nunca llega a quienes más la necesitan. Este gobierno es cruel. No piensa en nadie. Nos está empujando al caos social”.