La gripe K de la influenza A se expande en Europa. Los expertos piden inmunizar a las personas más susceptibles de tener complicaciones graves.

Europa atraviesa un brote anticipado y de gran magnitud de gripe H3N2, impulsado por la variante K de la influenza A.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió se deben reforzar las medidas de prevención.
La gripe K avanza en Europa
Esta variante tiene múltiples mutaciones en la proteína de hemaglutinina, lo cual incrementa su capacidad de contagio y reduce la eficacia de las vacunas actuales.
Según la médica argentina Marta Cohen, esta variante es “mucho más contagiosa” y “genera una incidencia un 56% mayor” que el año pasado. Las mutaciones permiten que la variante evada en parte la inmunidad generada por infecciones previas y campañas de vacunación anteriores.
El brote comenzó en agosto en Australia y Nueva Zelanda y rápidamente llegó a Europa, detectándose casos en más de 30 países. A pesar de ello, no se ha comprobado que la infección cause cuadros más graves, pero sí un notorio aumento de hospitalizaciones. El cansancio y el dolor muscular aparecen como síntomas predominantes, junto con fiebre alta, tos seca y molestias digestivas.
Grupos de riesgo frente a la gripe H3N2
La experiencia europea vuelve a poner el foco en la vacunación de quienes tienen mayor probabilidad de complicaciones:
Mayores de 65 años
Niños menores de cinco años
Personas embarazadas
Pacientes inmunodeprimidos
Personas con enfermedades crónicas (enfermedades cardíacas, pulmonares, diabetes, obesidad, enfermedad renal, trasplantados)
Trabajadores de la salud
Estos subgrupos concentran la mayor tasa de hospitalización y mortalidad por gripe. Los especialistas insisten en que estas persona deben recibir la vacuna antigripal todos los años, incluso si fue inmunizada anteriormente o ya tuvo gripe.
Síntomas de la gripe H3N2
Fiebre alta de aparición súbita
Tos seca
Dolor de garganta y dolores musculares severos
Fatiga intensa
Malestar general
Síntomas digestivos como diarrea o dolor abdominal.
Si bien en niños la enfermedad suele ser leve, en adultos mayores y pacientes vulnerables puede evolucionar a cuadros graves y hospitalización. Los expertos alertan sobre la posibilidad de confusión con COVID-19, por lo que se recomienda consultar al médico y, de ser necesario, realizar pruebas diagnósticas combinadas.
Cómo prevenir los contagios
El refuerzo de las medidas preventivas es fundamental para limitar la transmisión:
Lavado frecuente de manos con agua y jabón o uso de alcohol en gel.
Ventilación regular de ambientes cerrados y evitar la concurrencia a espacios mal ventilados.
Uso de barbijo en personas con síntomas o cuando se pertenece a un grupo de riesgo.
No asistir al trabajo, escuela o reuniones ante la presencia de síntomas gripales.
En escuelas y lugares de trabajo con brotes, recomendar el trabajo remoto y el cierre preventivo de ambientes afectados.
Vacunarse anualmente contra la gripe y mantener al día las inmunizaciones recomendadas para COVID-19 y virus sincicial respiratorio, según edad y antecedentes de salud.
Hasta el momento, en Sudamérica no se detectaron casos de la variante K de H3N2. Sin embargo, los especialistas coinciden en que el riesgo de importación está latente, especialmente a partir del movimiento de turistas y viajeros internacionales. La recomendación central es adelantar la campaña de vacunación antigripal al mes de marzo en toda la región, para proteger a la población vulnerable previo al posible arribo del virus en el otoño austral.
En Argentina hay disponibles una amplia variedad de vacunas antigripales, todas aprobadas por la ANMAT y recomendadas por la OMS:
Vacuna trivalente (pediátrica y adultos) que protege contra dos cepas de influenza A (incluida H3N2) y una B.
Vacuna trivalente adyuvantada, diseñada para mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas, con una mejor respuesta inmune comprobada.
Vacuna cuadrivalente, que extiende la protección a dos cepas A y dos B, apta para diferentes grupos etarios.
